Buen día, tortuguita,
periquito del agua
que al balcón diminuto de tu concha
está siempre asomada
con la triste expresión de una viejita
que está mascando el agua
y que tomando el sol se queda medio
dormida en la ventana.
Buen día, tortuguita,
abuelita
del agua
que para ver el día
el pescuecito alargas
mostrando unas arrugas
con que das la impresión de que llevaras
enrollada una tohalla en el
pescuezo
o una vieja andaluza muy gastada.
Buen día, tortuguita,
payasito
del agua
que te ves más ridícula y más torpe
con tus medias rodadas
y el
enorme paltó de hombros caídos
que llevas sobre ti como una carga
y con el
que caminas dando tumbos,
moviendo ahora un pié y otro mañana
como una
borrachita,
como una derrotada,
como un payaso viejo
que mira con
fastidio hacia las gradas.
Buen día, tortuguita,
borrachito del agua…
¿De
dónde vienes, di, con esos ojos
que se te cierran solos, y esa cara
de que
en toda la noche no has dormido,
y esa vieja casaca
que se ve que no es
tuya,
pues casi te la pisas cuando andas?
Buen día, tortuguita,
filósofo
del agua
que te pasas la vida hablando sola,
porque si no hablas sola, ¿a
quién le hablas?
¿Quién, a no ser un tonto atendería
a tus tontas palabras?
¿Ni quién te toma en serio a ti con esa
carita de persona acatarrada
y
esa expresión de viejita chocha
que a tomar sale el sol cada mañana
y que
se queda horas y horas medio
dormida en la ventana?
Buen día,
tortuguita,
periquito del agua,
abuelita del agua,
payasito del agua,
borrachito
del agua,
filósofo del agua…
*Escritor venezolano.
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