"Hacen y deshacen castillos", dice mi mamá.
Me despierta
el camisón (mami Pacita 30/05/09).
-¿Qué has hecho,
mami?
-Nada, tamales de güegüecho.
-¡Jaja!- ambas.
-¡Jaja!- ambas.
"La oí como
que tenía hambre" (mi mamá ante una llamada telefónica de su nieta Amiri).
"Algo que
me dejó con la trompa helada".
"Pueden estarse
cayendo los pedazos de cielo y ella no se asusta", ante el letargo en el que permanecen muchos.
-Agüela, ¿por qué baila?- le pregunta el nieto a mi tía Pelancha.
-Porque todavía tengo el
corazón vivo, ¡papa!
"Hablamos hasta de lo que no es".
"Si canto, se me
va por allá la voz", (sí, claro, porque canta muy mal).
-Pero, niña, ¿qué voy a hacer yo solita ahí, en el
cementerio? - mi abuela Dora, ante su miedo a la muerte.
"Hasta al mono más
listo se le cae el zapote".
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